Publicado por: Noticia al día
Publicado el 07-07-2013 en Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela
La Congregación para la Causa de los Santos, entidad con sede en el Vaticano, promulgó un decreto en el cual el papa Francisco reconoce “las virtudes heróicas” a María Carmen Rendiles, quien se convirtió en la cuarta venezolana que opta por un espacio en los altares de la Iglesia católica, reseñó la página web de la santa sede.
El padre Numa Molina, encargado de San Francisco, explicó que cuando el Vaticano hace la declaratoria en grado heróico está reconociendo que un cristiano vivió para cumplir a cabalidad las tres virtudes teologales que son: fe, esperanza y caridad.
“La forma de constarlo se hace a través de testimonios de personas que vivieron con ese ser humano, escritos que haya dejado y otros datos de sus actividades en vida”, apuntó.
Molina indicó que reconocer las virtudes heróicas de un cristiano es el primer paso hacia la santidad, es decir, ya María Carmen Rendiles Martínez es Venerable, tal como el Dr. José Gregorio Hernández. Los siguientes peldaños son la betificación y, finalmente, el de santo.
El padre Numa señaló que la sierva María Carmen Rendiles Martínez es poco conocida por la población venezolana, aunque sí posee gran estima entre la población religiosa de nuestro país.
Quién fue la sierva
Nació en Caracas, el 11 de agosto de 1903 y murió el 9 de mayo de 1977. Es la tercera hija de Ramiro Antonio Rendiles y Ana Antonia Martínez. Tuvo siete hermanos. Desde pequeña estaba siempre de muy buen humor y se sentía atraída por las cosas de Dios.
El blog del padre Marcelo Rivas Sánchez señala que la religiosa fundó la congregación Siervas de Jesús de Venezuela:
“Fue una verdadera madre. Ella, es un ejemplo y testimonio de vida que ayudó a fortalecer la fe, la humildad, la sencillez y, sobre todo la pobreza, sin aspiraciones a riquezas y otras comodidades.Vivió su papel dentro de la Iglesia de una manera total, conciliando el ser mujer y religiosa, y sus grandes amores fueron: la eucaristía, la Santísima Virgen y su abnegación por los sacerdotes”.
Destaca que ante Dios era una gran intercesora, “rezaba por todos aquellos que le pedían oración, deseaba que Nuestro Señor fuese amado por todos. Y les decía a las hermanas de su congregación: “Cumplamos nuestra misión de Siervas de Jesús… pedir por los sacerdotes”.
Su cuerpo está sepultado en la capilla del Colegio Belén en Los Palos Grandes, Caracas.