Publicado por: ACI Prensa
Publicado el 18-11-2017 en Ciudad del Vaticano
VATICANO, 18 de noviembre de 2017 (ACI).- El Papa Francisco recordó en el Vaticano que “no todo aquello que es técnicamente posible o factible es por ello éticamente aceptable”.
“La ciencia, como cualquier otra actividad humana, sabe que tiene límites que debe respetar por el bien de la humanidad misma y necesita un sentido de responsabilidad ética”, afirmó.
El Pontificio Consejo de la Cultura ha celebrado estos días su Plenaria dedicada al tema “El futuro de la humidad. Nuevos desafíos en la antropología”, y el Papa Francisco los ha recibido en una audiencia en la que ha pedido que continúa el diálogo entre ciencia y fe.
El Papa afirmó que la medicina y la genética “nos permiten mirar dentro la estructura más íntima del ser humano e incluso intervenir para modificarla”. La neurociencia “ofrece cada vez mayor información sobre el funcionamiento del cerebro humano”.
Pero todo ellos, así como “los progresos increíbles de las máquinas autónomas que ya forman parte de nuestra vida, nos llevan a reflexionar sobre aquello que es específicamente humano y nos hace distintos a las máquinas”.
Ante este panorama, “la Iglesia, que sigue con atención las alegrías y las esperanzas, las angustias y los miedos de los hombres de nuestro tiempo, quiere poner a la persona humana y las cuestiones que tienen que ver con ella en el centro de sus reflexiones”.
El Santo Padre denunció que “hoy nos damos cuenta de que los grandes principios y los conceptos fundamentales de la antropología rara vez se ponen en tela de juicio incluso sobre la base de una mayor conciencia de la complejidad de la condición humana y exigen después profundizar”.
“La antropología es el horizonte de autocomprensión en el que nos movemos y determina también nuestra concepción del mundo y las elecciones existenciales y éticas”.
El Papa invitó a continuar promoviendo el diálogo entre fe y ciencia y recordó que la Iglesia, “ofrece algunos grandes principios para ayudar a este diálogo”. “El primero es la centralidad de la persona humana, que va considerada un fin y no un medio. Debe ponerse en relación armónica con el creado” como “un amoroso custodio de la obra del Creador”.
Por otro lado, “el progreso científico y tecnológico sirve al bien de toda la humanidad y sus beneficiarios no pueden beneficiar tan solo a unos pocos”, dijo Francisco.