
Publicado por: Noticias Barquisimeto
Publicado el 06-10-2025 en Barquisimeto, Estado Lara, Venezuela
Carmen Elena Rendiles creció en el seno de una familia profundamente devota y católica, lo que cultivó en ella desde la infancia una gran sensibilidad social y una clara vocación de servicio a los demás. Su legado se considera un verdadero milagro para la fe en Venezuela; la Iglesia Católica la elevará a los altares como Santa en una ceremonia de canonización que se llevará a cabo el 19 de octubre de 2025 en el Vaticano junto al Doctor José Gregorio Hernández.
La madre Carmen Rendiles Martínez, fue una religiosa venezolana, reconocida por su profunda fe, determinación y dedicación al servicio de Dios. Aunque nació con una limitación física, sin su brazo izquierdo, una circunstancia que le valió el señalamiento y el juicio de algunas personas en su niñez e incluso el rechazo de ciertas congregaciones religiosas al buscar ingresar a la vida consagrada; ella jamás permitió, que esa adversidad definiera su camino, porque en lugar de ceder a las dificultades, forjó una profunda fortaleza interior, consolidando su vocación y convirtiéndose en un faro de luz.
Vida en Caracas y su discapacidad
Nació en Caracas el 11 de agosto de 1903. Su vida se caracterizó por una entrega total a Dios y al prójimo, convirtiéndose en un ejemplo de superación y caridad. A los 24 años ingresó a la congregación de las Siervas de Jesús, donde más tarde se destacó como Maestra de Novicias, formando a nuevas generaciones de religiosas con un fuerte espíritu de sencillez.
La Beata, fue la tercera de nueve hermanos y creció con una dificultad notable: Nació sin su brazo izquierdo. Esta condición, no solo representaba un obstáculo físico; sino también un estigma social en su época. Tristemente, esta limitación fue motivo de juicio y rechazo por parte de varias comunidades y congregaciones religiosas. Pese a la discriminación y al factor de exclusión por su condición en los círculos de servicio cristiano, perseveró en su vocación.
Para quienes imaginan una niñez tranquila, Carmen Rendiles era todo lo contrario: una niña traviesa y llena de energía. Creció en una casa rodeada de árboles de mangos y a pesar de no tener su brazo izquierdo, esa limitación no la detenía.
Con una sola mano, se encaramaba en las ramas hasta alcanzar «La Copita» (como se le llama coloquialmente en Venezuela a lo más alto del árbol). Desde allí, montada y sonriendo, les gritaba a sus hermanos: «¡Agárrense bien!», invitándolos a seguirla y demostrando que su espíritu era invencible.
La obra más trascendental de la Madre Carmen fue la fundación de la Congregación de Siervas de Jesús de Venezuela en 1965, separándose de la casa madre francesa para consolidar una congregación con una identidad netamente venezolana.
Desde su rol como Superiora General, impulsó la educación y el servicio a los más necesitados, estableciendo importantes instituciones educativas como el Colegio Belén de Caracas, y planteles en San Cristóbal, Mérida y Cabudare. Su trabajo se extendió a la atención de personas con discapacidad, demostrando un especial afecto por quienes vivían en la vulnerabilidad, buscando tender puentes entre quienes tenían y quienes carecían.
Camino a la Santidad
La Madre Carmen falleció en Caracas el 9 de mayo de 1977 a causa de una gripe. Sus restos reposan en la capilla del Colegio Belén de Caracas, un lugar que se ha convertido en un centro de peregrinación y veneración.
Veneración y legado
La figura de la Beata Carmen Rendiles es un faro de fe, amor y esperanza para Venezuela. Es venerada por su vida de profunda oración, su amor inquebrantable por la Eucaristía y su total confianza en la Divina Providencia. Su legado perdura en la labor de la Congregación Siervas de Jesús, que continúa su misión educativa y social en el país.
El 31 de marzo de 2025, el Papa Francisco autorizó su canonización, que está prevista para el 19 de octubre de 2025, lo que la convertirá en la segunda santa de Venezuela (después de José Gregorio Hernández), consolidando su ejemplo de vida como una fuente de inspiración universal para superar las adversidades y dedicarse al servicio desinteresado.
Por: Edwin «Sports» Hevia / NB