«Los inicios de un encuentro suelen ser oscuros. ¿Qué podemos decir de la primera aparición, cuando todo es silencio? Es en la historia de la humanidad donde Dios se revela. Echemos una mirada al acontecimiento fundador de las peregrinaciones a Lourdes.
En el calabozo, es la miseria. Ya no hay madera… De camino a Massabielle, el 11 de febrero, Bernardita no era consciente de que iba a Dios. Lo que no sabe es que ha sido elegida. En las duras necesidades de la vida ordinaria, Nuestra Señora se adelanta y la espera para encontrarse, para ser llamada, para recibir una misión. Así, en el Evangelio, los Apóstoles son llamados ya en medio de sus barcas y redes (Mt 4, 18-22).
También para nosotros es en la vida ordinaria, en el trabajo, en la familia, en el pueblo o en el barrio, donde Dios nos precede, nos encuentra, donde se vive nuestra fe. Y la elección de María es también la de la Iglesia: la opción es la preferencia por los pobres.