La Causa de Canonización está a la espera de la fecha para la revisión médica en Roma de un segundo presunto milagro de Dios bajo su intercesión.

Luego de dos años consecutivos donde la Fiesta Litúrgica de Madre Carmen Rendiles se había celebrado en la virtualidad, este lunes 9 de mayo se retomó la presencialidad en la capilla del Colegio Belén, en Altamira, donde reposan los restos mortales de la tercera beata de Venezuela.

Allí, en la presencia de las Hermanas de la Congregación Siervas de Jesús y de la feligresía caraqueña se honró la memoria de esta religiosa, quien fue beatificada el pasado 16 de junio de 2018, en el estadio Universitario de Caracas, en compañía de todo el episcopado venezolano y en la presencia de Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.

«Nuestro corazón hoy se inflama de alegría y de esperanza en medio de tantas vicisitudes que atraviesa la humanidad. Madre Carmen Rendiles es ejemplo de un Dios que no se olvida de nosotros. Ella es el medio de facilitación de ese encuentro, de construir puentes y derribar los muros ideológicos que nos paralizan», dijo el Obispo de la Diócesis de Guarenas, Monseñor Tulio Ramírez Padilla, quien fue el encargado de oficiar la misa, en presencia de las Hermanas de la Congregación Siervas de Jesús.

La Vicepostuladora de la Causa de Canonización de Madre Carmen Rendiles, Hermana Rosa María Ríos, recordó que a finales de 2019 se llevó a Roma un segundo presunto milagro para el estudio por parte de la Congregación para las Causas de los Santos y aseguró que el proceso avanza.

«La Causa está ahorita en estudio. Fue llevada a Roma a finales de 2019 y ahorita estamos en espera para la fecha de revisión médica. Ha avanzado poco a poco, debido también a la pandemia. Pero con la gracia de Dios y la oración de todos los devotos de Madre Carmen, en algún momento disfrutaremos, si Dios lo quiere, de esta gran noticia: La Canonización de Madre Carmen Rendiles».

De avanzar el caso, luego tendría que ser estudiado por una comisión de teólogos y luego por la Comisión de Cardenales para que finalmente el Papa Francisco firme el decreto de Canonización. De comprobarse su intercesión divina, se convertiría en la primera santa de Venezuela, reconocida por la Iglesia Católica.

Para el cierre de la ceremonia, la Hermana Ríos destacó el legado de esta religiosa, a quien el mismo Monseñor Ramírez se refirió como signo de esperanza, y dijo: «Contemplemos su vida, para mejorar la nuestra. Porque la vida es muy corta. Hoy, su Beatificación fortalece y anima a vivir según los planes que Dios tiene para cada uno de nosotros. No hagamos planes solos. Pidamos a Dios su asistencia para que nos guíe siempre».