La Virgen del Valle es venerada especialmente en los estados venezolanos de Nueva Esparta, Anzoátegui, Monagas, Sucre, Delta Amacuro y Bolívar.

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) compartió la historia de esta advocación.

La devoción a Nuestra Señora del Valle nació con la llegada de una imagen de la Virgen que se encontraba en la Isla de Cubagua y llevaba por nombre “La Purísima”. Tras el paso de un huracán que azotó la isla en 1542, la imagen no sufrió daños y fue llevada a Margarita, específicamente a El Valle del Espíritu Santo, en donde se originó el nombre con el que hoy se le conoce.

Previo al día de su festividad, los fieles del país suelen rezar una novena. El mismo 8 de septiembre se prepara una procesión en el pueblo que la recibió por primera vez y una Misa presidida por los obispos de la zona oriental del país.

“Nuestra Señora del Valle es para los nativos en el oriente del territorio nacional, un ícono de fe por quien se manifiesta especial respeto, pues forma parte de las costumbres y tradiciones más arraigadas en la región”, explica la CEV.

Además, cuentan que a esta advocación mariana se le conoce cariñosamente como “Vallita”, y que le “recuerda a los venezolanos que Jesús ha dejado para todos una Madre que no se olvida de ninguno de sus hijos, y que atiende hasta el más humilde de los ruegos que se hacen en su nombre”.