Publicado por: Noticia al día

La historia de la Beata Carmen Rendiles: Una lección de superación y amor

Publicado el 15-09-2025 en Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela


La historia de la beata Carmen Rendiles es un inspirador testimonio de fe, trabajo y dedicación al servicio de los más necesitados.

Una niña que nació sin su brazo izquierdo, pero con una fe inquebrantable, se convirtió en la tercera beata de Venezuela y en un faro de esperanza para millones de personas. La historia de la Beata Carmen Rendiles Martínez, fundadora de la Congregación Siervas de Jesús, es un poderoso testimonio de cómo el espíritu humano, sostenido por la fe, puede superar cualquier adversidad y crear un legado de servicio y caridad.

Nacida en Caracas en 1903, Carmen Rendiles demostró desde su infancia una independencia y un espíritu de liderazgo que inspiraban a su familia. Su discapacidad física no fue un obstáculo, sino una oportunidad para desarrollar una fortaleza interior que la guiaría durante toda su vida. Con solo 15 años, ya sentía un profundo llamado a servir a Dios, una vocación que se consolidó tras una enfermedad que la apartó del mundo exterior y la acercó a la oración.

“Era una persona sumamente piadosa, que se mantenía cerca de cada una de nosotras como una hermana más. Nos enseñó a amar a Jesús en la Eucaristía y permanecer siempre en oración”, asegura la hermana Teresita Hurtado, quien compartió con ella sus últimos años.

A los 24 años, ingresó a la Congregación de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento. Su liderazgo y caridad innata pronto la llevaron a asumir importantes responsabilidades, expandiendo las obras de la congregación a través de la fundación de escuelas y la elaboración de ornamentos litúrgicos. Con tan solo 33 años, fue nombrada maestra de novicias, y a los 44, superiora de la Casa Madre en Venezuela.

Bajo su incansable liderazgo, la obra de la Congregación se expandió por todo el país. Fundó colegios en San Cristóbal y Mérida, y llevó la labor de las hermanas a las parroquias y hasta al Palacio Arzobispal de Caracas. Su compromiso era tal que en 1959, en un gesto de profunda generosidad, donó a la Congregación su propia casa familiar en El Paraíso para que se convirtiera en una escuela para niñas de escasos recursos. Con este acto, no solo entregó su patrimonio, sino que selló con su propio ejemplo el espíritu de servicio de su comunidad.

“Ella nunca vio su condición física como un obstáculo; de hecho, nos enseñó a ver las dificultades como oportunidades para confiar más en Dios”, relata una de sus hermanas. “Su pasión era servir. Nos abrió los ojos a las necesidades de la gente, y nos movió a actuar”.

La mayor muestra de su firmeza y amor por el prójimo llegó en 1965, cuando se opuso a una decisión de la sede francesa de la congregación que contradecía su carisma fundacional. Con valentía y el apoyo de sus hermanas y del cardenal José Humberto Quintero, logró la separación para formar la nueva congregación de las Siervas de Jesús en Venezuela, convirtiéndose en su primera Superiora General.

Su legado trasciende el tiempo, y su vida se convirtió en un faro para aquellos que buscan la superación. La Madre Carmen Rendiles, quien sirvió como Superiora General de su nueva congregación hasta su fallecimiento el 9 de mayo de 1977, demostró que la verdadera medida de una vida no es lo que se tiene, sino lo que se da. Su obra, un vasto entramado de escuelas y servicio, sigue viva, recordándonos que la fe y la caridad pueden reconstruir el mundo, un paso a la vez.

Falleció el 9 de mayo de 1977, dejando un rastro de santidad que culminaría con su beatificación el 16 de junio de 2018. El milagro que selló este hito fue la sanación del brazo de la doctora venezolana Trinette Durán de Branger, un evento que la Santa Sede aprobó como obra de su intercesión.

El legado de la Beata Carmen Rendiles nos recuerda que la fe no es solo una creencia, sino una fuerza viva que impulsa el servicio a los demás. Su vida es un ejemplo conmovedor de cómo la bondad, la humildad y el liderazgo pueden transformar el mundo, una persona a la vez.

La sanación del brazo de una cirujana la lleva a los altares

La protagonista de esta historia es la doctora Trinette Durán de Branger, una médica cirujana que, tras un accidente profesional, sufrió un calvario de dolor insoportable que solo la intercesión de la Madre Carmen pudo sanar.

El 20 de mayo de 2003, en la sala de operaciones del hospital Miguel Pérez Carreño, la vida de la doctora Durán cambió para siempre. Mientras realizaba una cirugía de rutina, una fuerte descarga eléctrica atravesó su brazo derecho, dejándola con un dolor crónico y devastador. A pesar de consultar a más de veinte especialistas y de la amenaza de perder su movilidad, ninguna solución médica lograba calmar su tormento. Con una cirugía de alto riesgo programada, la desesperación se apoderaba de su vida profesional y personal.

Dos días antes de la operación, Trinette acudió al Colegio Belén en Caracas, donde vivían las Siervas de Jesús. Allí, la hermana María San Luis, hermana de sangre de la Beata Carmen, la recibió con una promesa contundente: “Madre Carmen la curaría de su dolencia”.

Lo que ocurrió a continuación fue un momento de fe que desafía toda explicación. En el oratorio donde solía descansar la religiosa, frente a un cuadro de Madre Carmen, la doctora imploró su curación. En ese instante, un hermoso rayo de luz emanó del cuadro, inundando la habitación y alcanzando su hombro.

“Sentí un intenso calor entrar por mi cabeza y penetrar en mi brazo”, relata la doctora Durán. La intensidad del momento la hizo perder el conocimiento por un instante. Al recobrarlo, la realidad era indiscutible: su brazo, antes inservible y dolorido, estaba totalmente restablecido. La férula que usaba a diario ya no era necesaria; la operación había sido cancelada por un milagro.

La historia se completó en la misa de agradecimiento. Cuando el sacerdote ofició la homilía, hizo una emotiva referencia a la falta de un brazo de la Beata Carmen Rendiles. Fue en ese momento que la familia de la doctora Trinette se enteró, con asombro y profundo sentimiento, de que la monja que había intercedido por la sanación de su brazo, también había vivido sin uno. Hoy, el testimonio de la doctora, junto con los de los médicos y su familia, ha sido clave para que la Santa Sede reconozca oficialmente este milagro, uniendo para siempre la fe de una religiosa con la sanación de una cirujana.

Camino a la Canonización

En un solemne anuncio, el 31 de marzo de 2025, desde la Ciudad del Vaticano, el Santo Padre Francisco aprobó la canonización de la Beata Madre Carmen Rendiles. Fundadora de la Congregación de las Siervas de Jesús. El Consistorio Público Ordinario estableció la fecha histórica, para el próximo 19 de octubre de 2025, un día que será solemnemente inscrito en el Libro de los Santos, marcando un hito de profunda alegría y fe para la nación venezolana. Este evento único llega en un momento en que el país, también celebra la inminente santidad de otro de sus hijos más queridos, el Dr. José Gregorio Hernández, cuya causa de canonización avanza con pasos firmes, llenando de esperanza a millones de fieles en todo el país.

Noticia Al Dia / Arelys Munda

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